La Sierra de Gredos, techo de Castilla y corazón pétreo de España, como la definiera Unamuno, está situada en el tercio sur de la provincia de Ávila y sus altas cumbres son el emblema natural por excelencia de la provincia; un espacio tallado por la erosión glacial en la que destacan el Circo y la Laguna Grande, presididos por el esbelto pico Almanzor, con 2.592 metros, la máxima altura de todo el Sistema Central.

La visita a Gredos es una visita a la naturaleza de montaña y su flora y fauna se caracterizan por ello. Desde hace años es sabido de su riqueza natural y por eso la Junta de Castilla y León aprobó en las cortes el 20 de junio de 1996 la creación del Parque Regional de la Sierra de Gredos, que en más de 140 kilómetros abarca 28 municipios y 48 núcleos urbanos.

Encontramos una espectacular creación natural de lagunas, gargantas, circos, riscos, galayos y depósitos morrénicos, escenario en el que habita la cabra hispánica, zorros, jabalíes, comadrejas, erizos, topos, ardillas, jinetas, tejones, conejos, liebres y la ganadería de la zona. En las aguas de sus transparentes ríos encontraremos también la tan conocida trucha y en lo que a las aves se refiere, habitan importantes especies como el águila imperial, el águila real, el buitre leonado, el buitre negro, la cigüeña negra y el halcón peregrino entre otros.

Debido a su situación geográfica, a los fuertes desniveles y a la distinta orientación de sus laderas, la Sierra de Gredos puede considerarse como un auténtico paraíso para la flora de alta montaña; con inviernos fríos y veranos suaves, destacan entre otros los pinares de pino común, los piornos o escobas, que junto al musgo y líquenes, comparten la zona que las rocas graníticas le dejan en el suelo. Además encontramos la boca de dragón, la consuelda del Almanzor y la manzanilla de Gredos.

En primavera y principalmente en otoño hay gran variedad de setas en las zonas de pinar: níscalos y boletus son las más habituales.

En los arroyos, la boruja o pamplina, también llamada moruja, maruja o regajo, reemplaza a la lechuga en las ensaladas de la zona.

Junto a estos valores ambientales, la zona de Gredos atesora un interesante compendio de lugares en los que la historia, el arte y la tradición han dejado una huella indeleble.